En el origen más lejano, cabalgando en el día primero, antes de la fatiga de los pies, de la tráquea y el aliento, sin dedos todavía sólo existió la Codicia.
En el día segundo, desde los muros y el color amarillo, nacieron las espadas, se multiplicaron las ballestas, aparecieron los arcabuces. Y, con ellos, los soldados.
En el día tercero, con el rocío y la niebla, desde la noche amansada, emergieron las sotanas, ya estaban las cruces caminando.
En el día cuarto, con pedazos de olas, restos de viento y revoloteo de gaviotas, cobró barcos el mar.
En el día quinto, en otros cantos de pájaros, en el silencio más nuevo, en la vértebra de los ríos y el vientre de las piedras, el oro guiñaba sus ojos.
En el día sexto, amanecieron los lapachos, retozaron los venados, bebieron fragancia los azahares, cantaron las cigarras y el agua se hizo en los arroyos.
Ya en el séptimo día, en medio del bostezo, se creó el llanto de los indígenas. Ya no hubo tiempo para dibujarles la risa.
(Poema guaraní, extraído del poemario: La Sangre Insurrecta, Asunción, Editorial Don Bosco, 1992)
Canto coral a Túpac Amaru, que es la libertad
Lo harán volar con dinamita. En masa, lo cargarán, lo arrastrarán. A golpes le llenarán de pólvora la boca. Lo volarán: ¡y no podrán matarlo!
Lo pondrán de cabeza. Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos. Lo patearán a toda furia. Luego lo sangrarán: ¡y no podrán matarlo!
Coronarán con sangre su cabeza: Sus pómulos, con golpes. Y con clavos sus costillas. Le harán morder el polvo. Lo golpearán: ¡y no podrán matarlo!
Le sacarán los sueños y los ojos. Querrán descuartizarlo grito a grito. Lo escupirán. Y a golpe de matanza, lo clavarán: ¡y no podrán matarlo!
Querrán volarlo y no podrán volarlo. Querrán romperlo y no podrán romperlo. Querrán matarlo y no podrán matarlo. Querrán descuartizarlo, triturarlo, mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.
Querrán volarlo y no podrán volarlo. Querrán romperlo y no podrán romperlo. Querrán matarlo y no podrán matarlo. Al tercer día de los sufrimientos, cuando se crea todo consumado, gritando: ¡libertad! Sobre la tierra, ha de volver.
Valle de Moche (Chinchaysuyu / Tawantinsuyu), La Libertad, Peru
Estudio desde hace 40 años las tradiciones de Oriente y Occidente en general y las tradiciones amerindias (la andino-amazónica) en particular. Sus ciencias, artes, espiritualidad, mitología, ritualidad y simbología. Estoy convencido que la regeneración del mundo amerindio se operara "por arriba" (la puesta en acción de los principios metafísicos en nuestras vidas, se trata de la dimensión vertical), y no "por abajo" (lo social y político, el "trabajo de masas", esta es la "dimensión horizontal", necesaria pero depende de la dimensión vertical). Lucho sin descanso por la restauración tradicional del Tawantinsuyu (no el "retorno", eso es imposible), sino por la puesta en vigor de nuestra sabiduría tradicional. Rechazo las pestes creadas por el Occidente moderno: la tecnocracia global (para administrar la "cloaca planetaria" bajo el nombre de Nuevo Orden Mundial) y el perverso neoespiritualismo (constituida por modas y tendencias al servicio de lo infrahumano (encarnado, principalmente, por europeos y sus mascotas occidentalizadas): teosofismo, ocultismo, espiritismo, rosacrucismo, antroposofismo, religion ovni (ufología), raelismo, chamanismo indígena, neosufismo, neobudismo, etc.).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario